Esto era algo que, con el tiempo, iba a acabar ocurriendo. Después de pensarlo durante unos meses (creo que fue en marzo cuando recibí el mail de Wave Books preguntándome si quería seguir), esta semana me he decidido y he renunciado a la publicación de una novela que llevaba esperando que saliera desde dos mil dieciocho, que fue cuando firmé el contrato, “Torrenegra”.
Han sido cinco años larguísimos de espera hasta que el contrato caducó sin que la novela viera la luz. Sobre todo, sin que fuera a publicarse en un futuro inmediato. Ni siquiera medio. Eso me ha decidido a decir que no. Ya no quiero esperar más y comerme la cabeza pensando en cuándo saldrá, por qué tarda tanto ni nada de nada. Demasiado me la he comido ya y, aunque los motivos internos hayan sido diversos (todos ajenos a mí), simplemente ya no me apetece seguir esperando.
El plan inicial era que saliera entre dos mil diecinueve y dos mil veinte. En aquel acto que hicimos el siete de marzo de dos mil veinte en la biblioteca del Retiro anuncié que “Torrenegra” iba a ser la próxima novela que me publicara Wave Books. Una historia de terror gótico gore ambientada en el siglo IXX sobre ritos satánicos. Una semana después llegaba el estado de alarma con la pandemia y todas las editoriales (y el mundo) aparcaban sus planes. Al regresar de la pandemia (que aunque muchos sigan usándola de excusa, hace tiempo que quedó atrás) ya nada volvió a ser igual y mi novela, como la de muchos otros autores de la editorial pendientes, se quedó en el limbo.
Siempre se me ha asegurado que iba a salir, pero la realidad es que no ocurría. Ahora mismo estoy en una situación y en una (vamos a llamarla) “paz mental” con todo el tema literario que, como he escrito, ya no me apetece comerme la cabeza por las publicaciones, después de que en estos diecisiete años que me llevan publicando me la haya comido muchas más veces de las que me merezco. Ahora lo que merezco es tranquilidad, que todo vaya bien, al nivel que sea, y hacer las cosas por placer, sin presión y sin llevarme berrinches que no van a ninguna parte.
No sé si “Torrenegra” se publicará alguna vez, pero deja de ser esa NOVELA-A-PUNTO-DE-PUBLICARSE, a uno de los dos manuscritos de los que he escrito que IBAN-A-PUBLICARSE-PERO-YA-NO, después de que aquella novela que me iba a sacar Nou la echara atrás a favor de “Todo lo que quise decirte y no pude” y después una vez más en favor de “Mario solo quería volar”, una novela sobre malos tratos psicológicos en el matrimonio.
Hay que mirar adelante. Estas dos novelas puede que nunca se publiquen, pero ahora en lo que me tengo que centrar es en “Mario” y en la que estoy intentando que me publiquen (esa historia que me inspiró En Plan Travesti) y el ensayo sobre mi enfermedad, que también estoy intentando que me publiquen. Ese es mi futuro inmediato,