Con orgullo

Cuando el año pasado salí del hospital y comenzaron mis tres semanas de reposo en casa para cerrar el agujero que en mi cuello había dejado la traqueotomía (y diera paso a todo un año de lenta recuperación), decidí que mi “vuelta al mundo” iba a ser en la manifestación del orgullo, que iba a tener lugar cuatro días después de que me dieran el alta médica para poder trabajar de nuevo.

Aquel orgullo me hacía mucha ilusión por eso. Después de haber vencido a la muerte, volvería a la vida en una fiesta reivindicativa que tanto había significado para mí tantas veces, y a la que por una cosa u otra, hacía tiempo que no iba. Volvería e iba a ser el primer paso para dejar atrás la pesadilla de mi enfermedad. ¿Qué pasó? Volví a coger el COVID el mismo día que comencé a trabajar y, aunque al llegar el fin de semana me encontraba mucho mejor y casi sin síntomas, decidí no ir al orgullo por responsabilidad.

Ayer, un año después, pude ir al orgullo. Estuve allí con el wiccano viendo la manifestación en primera fila, disfrutando de la diversidad, celebrando la igualdad y luchando por unos derechos que quieren quitarnos. Parece mentira que en pleno siglo XXI tengamos la sensación de ir para atrás en vez de para adelante, pero es así. Los delitos de odio se han multiplicado y la homofobia cada vez es mayor. Para mí era importante estar allí, poner mi grano de arena, sentirme vivo y celebrar que todavía a mucha, mucha gente que cree que todos somos iguales y merecemos los mismos derechos.

Estuvimos en la parte reivindicativa y empezamos a alejarnos justo antes de que empezaran a pasar las carrozas. Llevábamos allí desde las seis y media de la tarde, junto a la fuente de Cibeles. La manifestación en teoría empezaba a las siete, pero eran más de las ocho cuando empezaba a pasar a nuestro lado y las nueve y media cuando la parte reivindicativa terminaba. El tiempo se hace eterno allí pero habíamos cumplido nuestra misión. Disfruté muchísimo viéndolo todo.

Nos dimos un paseo por el centro, nos tomamos un refresco y nos fuimos a casa. Qué ganas tenía de volver a vivir el orgullo. Me alegré mucho de haber ido. El año que viene pienso volver a estar allí, por supuesto.

Author: Javier Herce