Firma amenazada por la lluvia

Después de haber estado firmando en la Feria del Libro de Madrid todos los años desde dos mil ocho hasta dos mil dieciocho, sin faltar ni uno, en dos mil diecinueve no contaron conmigo (aunque lo intenté) para estar allí firmando y el pasado dos mil veinte, debido a la pandemia, no hubo feria. Este año parecía que tampoco la iba a haber y al final sí está teniendo lugar, por primera vez desde que se inauguró, en la década de los cuarenta, en una época fuera de la primavera. Mejor en septiembre que en ningún momento y, además, es mi mes preferido del año.

Este año va a ser mi vuelta a la feria después de tres años y, la verdad, estaba bastante ansioso, con dos fechas, una mañana y otra el sábado. Digo estaba, porque esta mañana he recibido un mensaje del editor avisando que dan lluvias torrenciales para mañana y que, según se acercara la hora, me avisaría si se cancelaba la firma. Un jarro de agua fría. Hace falta tener mala suerte para que, después de este tiempo sin feria y deseando volver, justo cuando lo hago pueda suspenderse por la lluvia. Desde que me ha mandado el mensaje no dejo de mirar el tiempo. Dan un cien por cien de lluvias por la mañana, cuando es la firma. Espero que se equivoquen, porque también ponía que a partir de las ocho de hoy empezaría a llover y no pararía hasta mañana por la noche, son las ocho y ahora pone que empieza a llover a las dos de la mañana.

Menos mal que aún me queda la firma del sábado por la tarde, porque menuda desilusión…

Cruzando los dedos…

Author: Javier Herce