Hasta siempre, Anne Rice

Esto es algo que no quiero hablar con nadie, porque no espero que me entiendan, así que lo voy a escribir. Tengo un sentimiento de tristeza muy profundo desde que esta mañana me he enterado de la muerte de alguien que ha sido clave en mi vida, la escritora Anne Rice, a los ochenta años de edad.

Me tengo que remontar unos cuantos años, hasta que yo tenía unos diecinueve. Empecé a interesarme por la lectura (cosa que iría creciendo de forma muy rápida hasta que en poco tiempo me devoraba entre uno y dos libros por semana) y había una escritora de la que se hablaba mucho porque una novela suya hacía un tiempo que se había llevado al cine, “Entrevista con el vampiro”. Esa película le había dado fama mundial y en pocos años todos sus libros inundaban las librerías y se vendían por millones en todo el mundo. Yo quería leer un libro de Anne Rice, pero no quería empezar por la típica novela llevada al cine, así que me decanté por una de las pocas que tenía publicadas fuera de las crónicas vampíricas, “La momia”. Aquel libro me atrapó de una forma tan brutal, que inmediatamente me hice seguidor de ella y pasé a leer sus novelas de vampiros, comprándome los libros en una edición grande de tapa blanda con unas portadas negras con rostros en blanco y negro, muy sencillas, publicadas por Timun Mas. Mi admiración por ella creció y caí rendido ante su mundo de tinieblas, gótico, del que no quería salir, hasta el punto en que empecé a necesitar sacar de mí historias como aquellas que leía, de vampiros, también influido por el Drácula de Bram Stoker. Así fue como nació la idea de mi primera novela escrita, la inédita “En busca de un vampiro”, que tuvo su transformación, años más tarde, en “Matar a un vampiro” y “La venganza de su vampiro”. Ahora tengo empezada la tercera parte, a la espera de retomarla en algún momento del año que viene.

Sí, Anne Rice tuvo mucho que ver en mi decisión de convertirme en escritor y, aunque en los últimos años ella fue por otros caminos, alejada de los vampiros después de la muerte de su marido, regresando hace poco con las crónicas (aunque nunca volvió a ser lo mismo), siempre ha sido una escritora de cabecera para mí y alguna de sus novelas me las he leído dos veces.

Ahora se ha ido y, con ella, siento que una parte de mi vida también se ha marchado, aunque no para siempre, porque la esencia ha quedado en mí y tengo mucho, muchísimo que agradecerle a Anne Rice, por haber creado ese mundo apasionante y por haber despertado algo en mí que, a día de hoy, sigue latente.

Descansa en paz, Anne, y gracias, gracias por todo.

Author: Javier Herce