Este está siendo, sin duda, un año fatídico para todos, marcado por la pandemia del coronavirus Covid-19, y que pasará a la historia como uno de los más negros vividos en la época actual. Todo se ha visto parado durante meses y, cuando ha ido empezando a volver la actividad, las cosas no han sido como antes y todo va muy, muy lento.
Uno de los sectores que se han visto más castigados ha sido el de la cultura y, dentro de ella, la música. Todos los conciertos en primavera se vieron cancelados y en los meses siguientes muy pocos se han podido celebrar, y todos con reducción de aforo.
Durante los meses de confinamiento en casa hubo artistas que decidieron ser productivos y sacar un trabajo que, posiblemente, no habrían hecho de no haber estado confinados, ya que habrían estado de gira. Es el caso de Kylie Minogue.
Desde su casa, conectándose con productores que le iban dando instrucciones de cómo grabar voces y demás, fue preparando nueva música y anunciaba una nueva era basada en la música disco.
El resultado no tardó en llegar, ya que en verano teníamos el primer single, Say Something, y el anuncio de la salida de un nuevo álbum para el 6 de noviembre, con el nombre de Disco.
Con ese primer single ya pudimos hacernos una idea del sonido que nos encontraríamos, muy ochentero y pegadizo, dejando atrás la etapa de Goldeny el estilo country que marcó ese álbum.
Ahora Kylie nos quería hacer bailar y, con el segundo single, confirmó que se avecinaba un gran álbum. Magic es un tema bailable, que se pega, muy pop-disco, que nos devuelve a la Kylie de siempre.
Con la salido del álbum, Disco, se confirmó lo que sospechábamos. Durante el confinamiento, Kylie Minogue había creado uno de los mejores álbumes de su carrera y, con toda seguridad, uno de los mejores lanzados este año.
Música bailable con hits potenciales, como Miss a Thing, Real Groove, Supernova o Where Does The DJ Go? (que sea single ya, por favor), ha demostrado que con un buen álbum, con el boca a boca y una campaña de promoción muy efectiva con actuaciones grabadas en estudios y en riguroso directo, se puede vender un álbum muy bien.
En esas actuaciones vemos lo que ya sabíamos, y es que Kylie Minogue es una artista que no hace playback y que tiene directos impecables. No se le puede decir nada a una voz que brilla sin necesidad de adornos ni falsos directos. Kylie Minogue es perfecta.
¿El resultado? El álbum alcanzaba con facilidad el número 1 en UK, sobrepasando en ventas a su anterior trabajo y consiguiendo un récord, que es la de tener al menos un álbum número 1 en los 80 (Kylie Minogue, 1988, y Enjoy Yourself, 1989), en los 90 (Greatest Hits, 1992), en los 2000 (Fever, 2001), en los 10 (Aphodite, 2010, Golden, 2018, Step Back in Time: The Definitive Collection, 2019) y en los 20 (Disco, 2020). Una carrera que ha traspasado fronteras, porque hasta en el mercado estadounidense, que siempre se le ha resistido, ha tenido un decente puesto 26. Por supuesto, también ha conseguido un número 1 en su Australia natal. Todo esto en plena época del streaming, que siempre da la espalda a todos los artistas que dejan de ser veinteañeros, ya que los grandes consumidores de este formato son los más jóvenes.
Otro gran éxito para Kylie Minogue en esta era disco que no ha hecho más que comenzar y que seguro que nos trae grandes momentos, como ya está haciendo.
Felicidades, Kylie.