Llevo varios días sin escribir por aquí ni entrar en redes sociales por un motivo. Justo el martes, que era cuando volvía a la vida normal, al trabajo, di positivo en COVID y he estado estos días encontrándome mal. Después de lo que me había pasado con la traqueotomía, aún muy débil y sin haberme recuperado del todo, esto no me venía nada bien.
El lunes tenía unas molestias en la garganta a las que no di importancia. El martes eran más intensas y yo sabía que no tenía que ver con lo que me había pasado en el cuello, por lo que ya me pareció algo raro y me hice la prueba. La segunda ralla salió enseguida y me lo confirmó. Estuve un par de días con fiebre, lo que hizo la vuelta a la vida normal más complicada, tos y malestar intenso con dolores musculares. Yo solo pensaba en que no me bajara a los pulmones, porque ya iba a ser lo que me faltaba. Me salió un pequeño sarpullido en la tripa que se fue extendiendo hasta ocupar tripa, torso, espalda y la parte de arriba de los brazos y me acabó afectando al sistema digestivo. Vamos, un buen lote. Como estaba débil, supongo que me afectó más de lo que lo habría hecho de haber estado bien del todo.
Lo peor ha sido que este fin de semana ya lo tenía reservado para poder ir a la manifestación del orgullo. Iba a ser el punto y seguido de esta historia de pesadilla que he vivido y una forma de darle la bienvenida a una nueva oportunidad de vivir dejándolo todo atrás, pero no ha podido ser. Sigo dando positivo y soy muy responsable con eso y el uso de la mascarilla y el cuidado de los demás.
Ahora me hago una pregunta. ¿Qué va a ser los siguiente?