Nuevo rechazo editorial. Y van… Después de tantos años intentándolo, uno ya está más que convencido de que su sueño hace tiempo que se rompió. Eso no significa que deje de hacerlo, porque he intentado muchas veces tirar la toalla, pero no puedo. Tengo que escribir. Simplemente que cada vez tengo más claro que lo hago para mí y que no tengo que esperar nada.
Tantos rechazos a uno le hacen detectar enseguida cuándo se han leído la novela y cuando no. Los casos en los que no lo hacen, como ahora, el mail huele demasiado a copia y pega y uno se pregunta, ¿qué quieren? Porque está claro que no me rechazan por la novela, ya que no la han leído, sino por mí. ¿Qué buscan? Cada vez tengo más claro que no encajo en nada. Nunca lo he hecho y, según parece, nunca lo haré.
Hace dos días recibí las pruebas de la portada de “Me llamo Anabel” y creo que es la primera vez que publicar no me hace ninguna ilusión, porque siempre me creo unas expectativas que no se cumplen, así que esta vez no me estoy creando ninguna, porque ya vengo de muchos golpes y, simplemente, no quiero ni necesito más. Lo que quiero es disfrutar del proceso de creación y es eso lo que voy a hacer.