Me aburro

Como estoy recopilando datos, apuntando fechas y ordenándolo todo para desahogarme y escribir esa autobiografía que nadie leerá, me voy topando con este blog, que comenzó nada menos que en marzo de dos mil tres. Ha llovido bastante desde entonces. A la hora de introducir datos en los dos mil folios que tengo, miro aleatoriamente varias entradas de este blog y, leyendo algunas cosas de los años dos mil cinco y dos mil seis, que fueron de los más movidos de mi vida, y eso que aún no vivía en Madrid, me doy cuenta de todo lo que me aburro hoy en día, ya que no hago nada. Antes sí que vivía aventuras. Viendo las cosas que escribía en este blog (y que ya no están disponibles) me da envidia de ese Javier que no paraba, que tenía tantos amigos (aunque pensaba que tenía pocos), que iba y venía y que lo vivía todo tan intensamente. También me causa nostalgia. ¿Por qué no puede ser la vida ahora como lo era antes? A veces tengo la sensación de que ya no pasa nada y, lo que es peor, que ya nunca ocurrirá nada. Con el paso de los años nos volvemos soberanamente aburridos y cada vez pasamos más tiempo en casa, estamos más cansados y todo nos da mas pereza. Además, los amigos se van, se distancian y cada vez estás un poco más solo.

Es una pena. Ojalá vuelvan los buenos tiempos, aunque la cosa pinta mal, muy mal.

Author: Javier Herce