Muchas cosas…

Llevo sin escribir aquí bastante, y no es por no tener cosas que contar, como tantas veces, pero estoy muy centrado en escribir mi libro sobre mi experiencia con la traqueotomía, y que ya estoy terminando.

El pasado tres de septiembre empezaron mis vacaciones, que van a durar nada menos que un mes, ya que los quince días que tenía en junio (y coincidieron con mi ingreso hospitalario) me los han juntado a los quince que tenía este mes de septiembre, así que tengo todo un mes entero, que me va a venir muy bien por varios motivos: el primero, más importante, recuperarme; el segundo, adelantar trabajos pendientes, tanto literarios como musicales.

Empecemos por la música, ya que el pasado uno de septiembre pasó algo que tenía ganas de hacer y llevaba tiempo pensándolo: volví a las clases de canto, pero con otro profesor. Mis anteriores clases al final veía que no me llevaban a ninguna parte y estaba bastante desmotivado con ellas. Además no eran nada baratas, por lo que acabé dejándolas hace casi año y medio, pero ahora que estamos grabando el tercer álbum y estamos buscando la excelencia, veía que mi técnica estaba un poco oxidada, por lo que necesitaba volver, pero tenía que ser con un profesor nuevo, así que me puse a escribir a varios que vi y justo el primero que me contestó fue el que más me convenció. Ese día di mi primera clase y captó enseguida cuáles eran mis carencias y dónde había que trabajar. Hasta ahora ya he dado tres clases y se están notando los resultados, por lo que estoy muy contento. No están siendo fáciles, porque el profesor, Enrique, es muy exigente, pero eso era ni más ni menos que lo que buscaba.

En cuanto al tercer álbum, ya tenemos esa segunda canción acabada y mezclada, una balada gótica, extraña pero que tiene algo que, para mí, la convierte en una pequeña joya. Cantada en una tesitura más grave de la que estoy acostumbrado, al principio tenía una relación amor y odio con la canción y pensé en no incluirla, pero creo que al final sí la pondré. O no, ya veré.

La semana pasada grabamos la demo de la que va a ser la tercera canción, un tema electrónico, poco convencional, que me recuerda a una mezcla de Björk y el Ray Of Light de Madonna. Estaremos grabando varias demos antes de hacer las versiones definitivas, cuando las clases de canto den más resultados, que será muy pronto. De momento, mantengo esa primera canción pop que grabamos en julio como primer single que saldrá en otoño.

Estos días he estado creando melodías y grabándolas en el móvil, para hacer canciones con otra fórmula, como hicimos con La Jaula, del anterior álbum, grabando primero las voces y después MaintrackStudio creando la producción. He compuesto dos y mañana iré al estudio a grabar las voces para las demos. El disco va muy bien. Va a ser muy pop, muy actual, que es justo lo que me apetece hacer y en él se tratarán temas sobre la vida y la muerte, que es lo que ahora mismo me sale componer, debido a mi experiencia este verano.

En cuanto a lo literario, ya estoy dando los últimos toques al libro sobre traqueotomía y corrigiendo la novela sobre bullying LGTB que acabé de escribir hace poco. También he retomado la documentación sobre mi autobiografía, aunque este proyecto va a ir lento, porque hay mucho que trabajar.

Estoy esperando noticias sobre la publicación de “Me llamo Anabel”, después de que hace un mes se pusiera la editorial con las correcciones. Yo creo que muy pronto me dirán algo. En cuanto a Torrenegra, las de Wave Books me dijeron que había cuatro novelas por salir antes que la mía. Acaban de publicar una, por lo que quedan solo tres, con lo que calculo que para los primeros meses del año que viene estará publicada, con más de tres años de retraso.

Yo pensaba que con las vacaciones me encontraría mejor, pero qué va. Me encuentro peor. Llevo una semana sin energías, con mareos, otra vez torpeza en los movimientos… Se ve que necesito más tiempo. El domingo, día cuatro, fui por sorpresa a Logroño para ver a mi madre. Quedé con mi hermano en engañarla para que mis sobrinos la llevaran a la estación y me encontrara allí. Estuve solo ese día y volví al siguiente. No quería estar mucho, porque no sabía si podría aguantar, cosa que al final resulto que no, que no aguanté bien el viaje, porque allí fue cuando empecé a encontrarme mal y al volver a Madrid me encontré peor y aún sigo más o menos igual.

Tengo el resto del mes para descansar. Además, el wiccano coge sus vacaciones este fin de semana, por lo que la segunda parte de mi mes de descanso va a ser incluso mejor que la primera.

Author: Javier Herce