Después de que el último día en el estudio de grabación fuera un poco estresante, ayer ocurrió justo lo contrario. Fue de los días más productivos y que de mejor voz he estado, por lo que pudimos aprovechar para hacer un montón de cosas en poco tiempo.
La idea era grabar la canción que compuse para esa producción descartada inicial que Jorge hizo para la canción estilo Sade, aunque también teníamos pendiente acabar la versión en español de the Perfect boy, para la que solo habíamos grabado las estrofas. Después del desastre de la vez que lo intentamos, había perdido un poco la confianza en que pudiera cantar un canción así de complicada, que hubiera perdido algo que no iba a volver. De todas formas había que intentarlo. Otra cosa que también llevaba era una nueva composición. Quería cerrar ya el nuevo álbum (hace unos días recibí la última producción de una canción que le enseñé al productor hace un par de semanas, una estilo dance de los noventa, pero habíamos preferido hacer primero esta otra porque la producción estaba casi hecha e iba a ser más rápido. Esa canción dance ya está preparada y la verdad es que me ha encantado cómo ha quedado. La grabaremos el próximo martes). En un principio iba a grabar nueve canciones para asegurarme que el álbum tuviera ocho, pero durante mis vacaciones me vino a la cabeza un nueva que compuse en memoria de mi perra Vampy, a la que sigo echando muchísimo de menos y a la que tengo presente día a día. La canción es muy triste y fue la primera vez que lloré componiendo y cantando. Nunca me había pasado. No podía parar de llorar recordándola y sé que me va a costar mucho grabarla, pero quiero hacerlo, como homenaje a ella, que tan importante ha sido en mi vida.
Llegué al estudio pronto por la mañana, como casi siempre, y después de la charla de costumbre con Jorge y de mirar la producción de la canción que íbamos a grabar para darle los último toques, me metí en la cabina para descubrir que estaba perfecto de voz (pese a lo poco que descanso) y que la canción iba saliendo a la primera. Las únicas repeticiones que hicimos fueron porque o me equivocaba con la letra, o porque Jorge quería varias tomas de cada cosa. Creo recordar que el estribillo lo grabé solo tres veces, por ejemplo. Nos costó un poco más los agudos del final porque con mi idea se iba mucho de noto y tuvimos que variarlo, pero al final quedó una canción muy buena. Jorge dice que tiene que ser single, que es de lo mejor que hemos hecho.
Después venía lo que me daba un poco más de miedo: ver si era capaz de volver a cantar The Perfect Boy, aunque en español. Después de un par de pruebas descubrimos que me salía perfectamente y yo me noté con mucha más soltura que la primera vez que la grabamos. Los dos estábamos sorprendidos de que pudiera cantar así después de haber grabado ya una canción, cosa que normalmente a los cantantes los deja un poco desgastados (yo alguna vez hasta he acabado afónico), porque aunque una canción dure entre tres y cuatro minutos, grabarla puede ocupar de media hora a hora y media, con lo que tú estás repitiendo, cantando sin parar y con los agudos, acabas agotado. Por eso no hacemos nunca dos canciones seguidas. Esta vez fue diferente. Estaba perfecto.
Todo salió redondo y tuve que repetir solo para tener tomas por si acaso, pero quedó bien prácticamente a la primera.
Después grabamos la prueba para que hiciera la canción de Vampy. Le advertí que no sabía si iba a poder cantarla, porque lo pasaba mal, pero que como esa toma no era la definitiva y no iba muy en serio, pensaría en otras cosas y no habría problemas, aunque no pude acabar de cantarla. En las segundas estrofas al cantar que murió en mis brazos no pude continuar. Paré para respirar porque me iba a poner a llorar. Por suerte con lo que habíamos hecho servía para que hiciera la producción, porque no habría podido continuar. Ya me dijo Jorge que me iba a costar mucho grabarla, pero que me emocionara así al cantar era algo muy bonito y la verdad es que estoy de acuerdo.
Una mañana de las más productivas que hemos tenido en el estudio. El álbum ya está casi listo y tengo muchas ganas de que salga porque, de las diez canciones que terminaremos, al menos seis son singles potenciales.
El resto del día lo pasé en casa descansando. Con esta ola de calor que empieza hoy (la primera este año, por lo que estamos teniendo mucha suerte), tampoco era como para estar por ahí y yo estoy tan cansado que, cuando tengo tiempo libre, solo pienso en tirarme en el sofá o en la cama.