El último mes ha sido uno de los más oscuros de mi vida por el tema de salud que me ha tocado y a la vez todo esto me ha enriquecido como persona. Dicen que de lo peor, siempre se saca lo mejor y haber estado tan al fondo me ha hecho verlo todo de otra forma y salgo fortalecido de esta. A un día de volver a mi vida normal no me apetece aún hacer balance. Tengo ese cuaderno lleno de anotaciones (y me planteo desarrollarlo y escribir un libro con ello) con todo lo que ha ocurrido desde que aquel uno de junio mi vida diera un vuelco y se detuviera por completo. Bueno, casi por completo, porque ha habido cosas que han seguido su ritmo, ya que estaban en marcha desde antes y no dependía de mí que salieran adelante, como por ejemplo la salida de nuevas novelas.
Una de las cosas de la que no llegué a escribir, porque iba a hacerlo justo cuando me empecé a encontrar mal, fue que tres días antes de aquel uno de junio estuve firmando en la Feria del Libro de Madrid. Fue el domingo día veintinueve de mayo por la tarde, como viene siendo habitual en la caseta de Nowevolution/Nou editorial, e iba con las tres novelas que me han publicado ellos (“Zementerio”, “Piensa en mañana” y “Todo lo que quise decirte y no pude”). Era el primer fin de semana de la primera feria sin restricciones desde antes de la pandemia, por lo que prometía intensa, como así fue. Firmé ejemplares de las tres novelas, conocí a nuevos lectores, repartí regalos y lo pasé muy bien. La cosa fue mejor de lo que se esperaba, tanto que el editor me pidió volver otro día, en el último fin de semana de la feria, cosa que no pudo ser, porque estuve en el hospital.
Salí muy contento de la feria (sin saber que tres días después todo se desmoronaría). Fue un chute de energía y además hablé con el editor para volver a detener la publicación de esa novela que lleva publicándose intermitentemente desde hace unos años, que anulé para sacar “Todo lo que quise decirte y no pude” y que ahora vuelvo a anular para ofrecerle la novela que estoy escribiendo ahora y de la que me falta poco para acabar. Iba a terminarla en junio, pero el percance de mi salud lo ha impedido, aunque ya voy muy avanzado. La otra novela… Puede que esté destinada a no publicarse nunca.
Aparte de eso, estando en el hospital recibí un mail con muy buenas noticias. Querían hablar conmigo por teléfono, pero me pilló en los días en los que yo estaba mudo, así que aplazamos la llamada para cuando estuviera en condiciones y tuvo lugar un par de días después de salir del hospital. El resultado es que ya tengo un nuevo contrato editorial firmado y que en breve ya empezarán a adelantar detalles, porque habrá una campaña de pre-venta desde este verano y, si todo va bien, la novela saldrá en otoño.
También justo el día que firmé en la feria, al salir, recibí un privado por Instagram de una editorial (que yo ya conocía) y que estaba interesada en que les enviara algo mío. Por supuesto, me sentí muy alagado y acepté, aunque con lo del hospital, hasta un día después de salir de allí no se lo pude enviar. Dicen que reciben muchos manuscritos, pero que me van a dar prioridad en la lectura y que pronto me dirán algo. Yo cruzo los dedos porque, la verdad, me encantaría. Les he enviado la última que terminé inspirada en el universo En Plan Travesti y Pose.
A esto se le suma que aún sigo esperando que se publique mi novela con Wave Books, que lleva de retraso más de dos años…
En cuanto a la música, los días antes de que ocurriera lo que ocurrió había empezado con MaintrackStudio a preparar mi tercer álbum y que va a producir entero él. Basado en varias demos instrumentales de unos segundos que me va mandando, yo voy componiendo y hasta ahora teníamos media balada y una canción pop ya compuesta y de la que grabamos la demo la semana anterior a mi ingreso.
Mientras estaba en el hospital recibí la demo y pude escucharla en el móvil, entusiasmado, porque estoy enamorado de esa canción, que va a ser un paso adelante y un cambio enorme en mi música, ya que la producción de MaintrackStudio lo cambia todo. Claro que todo se paró y ahora que puedo cantar, aunque el cuello me lo pone difícil, continuaremos donde lo dejamos.
Deseando volver a mi mundo real después de más de un mes. Sí, he dicho a “mi mundo”, no “al mundo”.