El lunes de la semana pasada cogí un resfriado del que aún no me he recuperado del todo y me ha tenido un poco desconectado. Incluso no pude ir al estudio de grabación para grabar una nueva canción del nuevo disco, una de las grandes baladas y la que en un principio va a dar nombre al álbum. Tuvimos que posponerlo una semana y si consigo recuperarme del todo, ya que sigo algo congestionado, el próximo viernes iré a continuar con las grabaciones.
Este lunes en clase de canto (suelo ir por lo general siempre en lunes) notaba mucho la dificultad por la congestión pero, aún así, vimos grandes avances. Por fin mi voz empieza a sonar libre y ahora pienso que es muy probable que mi anterior profesor (con el que estuve cuatro años y era bastante más caro), no hizo un buen trabajo conmigo y, aunque me sacó la voz escondida, me creó la famosa constricción de la que tanto he oído hablar estos últimos meses, que es un sonido muy característico de mi segundo álbum, y contra la que estoy luchando para eliminarla, de momento con éxito. En las nuevas canciones no aparece ese sonido que es como cantar hacia abajo, hacia adentro, y que no deja la voz libre, dándole un sonido algo robótico y, por qué no, feo.
Estoy contento porque todo va bien y espero que en un par de días ya pueda tener la nariz despejada para respirar con normalidad y poder volver a cantar.