Estos días he retomado un viaje. Después de pensarlo, de decidir seguir con ello y después decidir que no, ahora ya es definitivo. Vuelvo al vampiro. Bueno, a la vampira.
Revisando las cuarenta y siete mil quinientas palabras que tenía ya escritas (más o menos la mitad de la novela), en el manuscrito tenía registrado que empecé a escribirlo el diecisiete de agosto de dos mil veinte y lo último escrito estaba registrado el veintitrés de noviembre de ese año. Ahí quedó la cosa, tomándome un paréntesis de esa historia para dejarla enfriar unos mese mientras escribía otras cosas. Esos meses al final se han convertido en dos años y ya iba siendo hora de acabar esta historia, más que nada mientras pensaba que qué escribir ahora. Así no me quedaba parado, aunque cada vez pienso más a menudo que estoy esforzándome mucho para nada, que cada novela que escribo no va a servir de nada, que seguirá siendo rechazada o ignorada por no tener los contactos suficiente para entrar en las editoriales o, simplemente, no tener suerte en la lotería que supone que abran tu mail (lo primero) y quieran leerte (lo segundo). Esto cada vez es más frustrante, pero no puedo dejar de escribir. Los manuscritos se acumulan y cada vez tengo más novelas sin publicar, cosa que no me había ocurrido nunca. Ahora mismo tengo cuatro novelas y un ensayo inéditos (sin contar aquella primera novela de vampiros que jamás verá la luz, porque la reescribí). ¿Qué hago si siguen sin darme una verdadera oportunidad? ¿Tiro la toalla? Lo he pensado tantas veces…
La música es otro tema, porque es algo que puedo controlar yo. Como yo me lo guiso y yo me lo como, yo decido también cuándo salen las cosas y si salen aunque claro, sin una discográfica que te distribuya bien, al final viene a ser un poco lo mismo y te quedas en tierra de nadie. Por eso esta vez voy a pensar en campañas de promoción (pagadas, por supuesto) para que la nueva música llegue a más gente.
Ayer mismo retomamos la grabación de las canciones del tercer disco (después de un mes grabando solo demos), con la tercera canción, un tema más tecno. Esta canción, que no está en mi tono de confort, sino un poco más abajo, se ma hace más complicada, sobre todo teniendo en cuenta que estaba un poco afónico, ya que la clase de canto del día anterior me había dejado muy tocado. Aún así, creo que saldrá un buen trabajo.
El nuevo single está a punto de salir y tengo muchas ganas, ya que esta es MI canción y sé que a la gente le va a gustar, porque tiene muchísima magia. Ayer lo comentaba con Jorge, de MaintrackStudio, mi productor. Esta canción lo tiene todo: composición, voz y producción. Tiene magia. Para mí es perfecta y nos va a costar mucho, muchísimo superar la esencia que tiene. Puede que hagamos canciones mejores, pero esa magia… va a costar mucho superarla.
