Este pasado domingo volví al estudio para grabar la segunda canción que formará mi nuevo álbum. Entre lo mal que acabé el año, lo que me ha costado recuperarme y que después el estrés hizo que perdiera la voz, ha tenido que pasar más de un mes antes de poder ir a grabar de nuevo.
Mi voz vuelve a estar al cien por cien y podemos seguir adelante. Esta nueva canción es un tema lento y triste en un registro que no es el habitual mío, lo que hace que explore otra forma de cantar y de sentir, algo más grabe y trabajando más la potencia que los agudos. Es una canción oscura que habla sobre el perdón y, por lo que pude escuchar allí, va a quedar muy bien. Además era la primera vez que el wiccano me acompañaba al estudio. Nunca me había visto ni escuchado grabando. Yo pensaba que se iba a aburrir, pero me sorprendió que me dijera que no.
Ya tenemos la producción de la canción que grabaré la semana que viene, si no hay más imprevistos, y creo que va a ser lo mejor y más épico que hayamos hecho hasta ahora, que se llevaba la medalla The Reborn, una canción que creo que tiene una producción impecable. Esta nueva puede llegar a ser mejor. Después de hablar de cómo la oía yo en mi cabeza y de enseñarle algún ejemplo, Jorge ha hecho una producción que me dejó con la boca abierta. Es clásico, gospel, soul… es tantas cosas que solo puede salir algo grande de ahí y estoy deseando grabarla. Además, me gusta tanto que ya estoy pensando en que podría ser un buen nombre para el álbum, ya que habla de no dejar de soñar, mi máxima en esta vida.
Con esa llevaremos tres canciones grabadas para un álbum que va a marcar una diferencia notable. Va a ser más maduro, más comercial y accesible y mucho más redondo. Cuando vuelva al estudio seguramente llevaré dos canciones más para grabar muestras y que dé comienzo más producciones. Pese al tiempo perdido por mi salud, creo que iremos a buen ritmo y podríamos tener el álbum grabado antes de que acabe el verano.