Hoy es el aniversario de tu muerte. No sabes la cantidad de días que sigo recordándolo. Puede que todos. Ya tengo respuestas a muchas de las preguntas que me he estado haciendo toda la vida. No son las que me gustaría, pero eran las que esperaba y, aunque duelan, me han hecho vivir un poco más en paz, porque al menos ahora hay menos interrogantes en mi vida.
Fui tu hijo y eso no lo cambia nada ni nadie. Ese camión que se te llevó por delante también se me llevó a mí y por dentro algo cambió para siempre.
Qué diferentes podrían haber sido las cosas, pero claro, siempre nos va a quedar el «¿Y si…?». No ha sido fácil, no fuiste fácil, no nos lo pusiste fácil, pero esta es la vida que hemos tenido. ¿Se podían haber hecho las cosas de otra manera? Por supuesto, pero la vida me ha enseñado a vivir sin rencor. Esa ha sido mi valiosa lección. Me convertiste en una persona desprovista de rencor, por eso sigo recordándote, aunque ahora veo las cosas de una forma muy diferente. Intento que no me afecte todo lo que hay detrás, todo el dolor no de tu muerte, sino de tu vida.
Sé que nunca lo superaré pero, de alguna forma, me hiciste como soy.
¿Ves? Aquí sigo recordándote, aunque la mayoría de las veces me gustaría no hacerlo.
En mi nuevo álbum (jamás me escuchaste cantar) Te dedico una canción (otra más). Se titula Your Pain y en ella explico muy bien cómo me siento.