Un mes…

Hoy hace un mes que me quitaron la cánula y siento que aún estoy lejos de una recuperación completa, pero lo importante es que me voy recuperándome bastante bien, solo que el cuello es lo que más me va a costar. Ya voy recobrando fuerzas, aunque el COVID me lo ha puesto difícil, porque me dejó hecho un trapo viejo.

Desde aquel treinta y uno de mayo en el que me ahogué, siento que todo ha ido cuesta abajo y no dejan de ocurrir cosas malas. Después de la traqueotomía, el ingreso hospitalario y la convalecencia, Coger el COVID me vino fatal y ahora hay temas laborales que no me están viniendo nada bien tampoco. Siento que todo se está juntando y ahora ya no sé qué va a ser lo siguiente. Está siendo un verano muy negro y solo espero salir pronto de este bache que me ha puesto la vida, que parece que me está castigando por algo.

No voy a hacer un drama de todo esto, pero a veces pienso que ya vale.

Por eso ayer por la tarde, de alguna manera mi cabeza dijo basta y tuve una pequeña crisis de ansiedad en la que empecé a sentir que me ahogaba, que tenía algo dentro que me apretaba y que no me podía quitar. Me agobié tanto que llamé a mi madre, me lancé a la calle, lloré un poco y después me sentí mejor. Supongo que aún me queda un buen trabajo para superar lo que ha pasado.

Hoy va a ser el primer día que deje de taparme la cicatriz del cuello y a empezar a lucirla con orgullo, porque esta cicatriz me recuerda que, después de todo, lo más difícil ya lo superé y estoy vivo para hacerle frente a lo que venga.

Hay que dejar pasar el tiempo e ir dando patadas a las piedras que encuentre por el camino…

Author: Javier Herce