Desde octubre sin parar, a un ritmo frenético sin poder descansar ni tener tiempo para recuperarme. Los dolores en los hombros han vuelto y me temo lo peor, que es volver a lo de antes, al hospital, rehabilitación y un tratamiento que no me quisieron dar en su día por ser muy doloroso y que podría dejar secuelas.
Hoy, por fin, empiezan mis vacaciones, creo que unas de las más merecidas y necesarias de toda mi vida. Va a ser solo una semana (bueno, nueve días) y sé que se van a pasar volando y serán insuficientes, pero por fin voy a tener tiempo para mí mismo, para descansar un poco la mente y prepararme para lo que viene después.
Tengo mucho planes en la mente para estos días pero, como siempre, sé que no cumpliré ni una parte de ellos. Lo que sí que tengo claro es que estos días van a ser para mí, cosa que es un lujo, y los voy a aprovechar.