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El dolor volvió. Hacía tres años que no ocurría, y ha vuelto a ocurrir. El domingo pasado empecé a notar dolores en el hombro derecho, pero no le di demasiada importancia, porque a veces me ocurre y se pasa solo, aunque esta vez no se pasó.

El lunes me levanté con muchos dolores y después de trabajar estaba hecho polvo. Tenía una nueva crisis con las calcificaciones. Yo pensaba que eso había quedado atrás, pero no.

Empece con las pastillas que siempre solía tomar y a hacer los ejercicios, pero no resultaba. Iba a más. Después de una noche casi sin dormir roto de dolor, fui a trabajar (ese día iba a echar una mano con el inventario a un compañero) y de allí me fui directo a urgencias porque iba a ser la forma más rápida de que volvieran a abrir mi caso en el hospital, que cerraron cuando empecé a mejorar por mí mismo, y que así comenzaran con el tratamiento que me iban a dar en su día (las ondas de chóquenlos). De paso podrían decirme qué podía hacer para mejorar más rápido. No se me pasaba por la cabeza coger la baja. No era esa mi intención. Solo recuperarme antes y, sobre todo, que se fueran esos dolores insoportables.

Lo que ocurrió fue que me despacharon como si aquello fuera una panadería. Casi ni me miraron (lo típico de “levanta el brazo”, “ahora hacia atrás”…) ni me dijeron nada de ejercicios o posibilidades (como habían hecho otras veces, en las que me habían tratado muy bien) y, no solo no me redirigieron a las consultas en traumatología con el médico que llevaba mi caso, sino que me pusieron una inyección (no infiltración, sino la típica inyección en el culo) que no me hizo ningún efecto y me dijeron que siguiera tomando lo que estaba tomando y que si en dos semanas no se me había pasado, que fuera a mi médico de cabecera. ¡Eso fue todo! Vamos, que fui para absolutamente nada.

Me marché de allí muy enfadado y sabiendo que tendría que pasarlo sin ayuda médica porque, aunque pidiera cita en mi médico de cabecera para que me pidiera cita con el traumatólogo (la burocracia es absurda, sí), entre una cosa y otra pasaría un mes y ya me habría curado solo (o no).

Así que me fui a casa con mis dolores impresionantes y un veinte por ciento (o menos) de movilidad en el brazo.

Por las noches prácticamente no duermo y por el día lo estoy pasando muy mal, pero ya hoy tengo más movilidad en el brazo y al menos eso significa que se me pasará pronto, así que aún me quedan por delante unos días bastante malos.

Ya casi se me había olvidado lo que era pasar por esto.

Ya está disponible mi nuevo single, Never Stop Dreaming, segundo adelanto del que va a ser mi quinto álbum, que saldrá en octubre y tendrá el título definitivo de I’m Ok I’m Not.

El single se estrenó antes de ayer y es de mis canciones preferidas del álbum. Es más, en un principio también se iba a titular así, pero decidí no llamarlo como ninguna de las canciones que lo van a contener.

El título de I’m Ok I’m Not define muy bien a las canciones de este nuevo trabajo, con letras en las que trato cómo me siento en este punto de mi vida. Hablo sobre todo de la tristeza y del dolor. Las canciones son bastante pesimistas en ese sentido, pero siempre tratando los temas con un lado bueno, como The Perfect Boy, en la que hablo de no ser perfecto, pero querer serlo para ti, o esta Never Stop Dreaming, en la que hablo de sueños rotos pero que aún así jamás dejaré de soñar.

El single sale con una versión más corta que la del álbum (como casi todos los singles que van a salir) y una versión Extended de casi seis minutos que me encanta.

El videoclip fue el que rodamos el día de mi cumpleaños bajo las Cuatro Torres. Lo hicimos en dos días porque las tomas del primero no quedaron muy bien. Al final las del segundo día me gustaron, pero la iluminación no termina de ser perfecta (como casi toda la luz natural) y no estoy al cien por cien contento. Las fotos también están bien, pero me han dejado un poco frío, porque si no llega a ser por esa iluminación tan brillante y a la vez fría, habrían salido mucho mejor.

La idea era haber ido a un estudio (ya lo tenía mirado), pero el presupuesto limitado hizo que desistiera de esa idea y, claro, lo que tienen las iluminaciones naturales, las de la calle, es que tienden a ser bastante malas y al final te frustras porque te ves horrible. De todas formas el resultado de este videoclip es aceptable.

Con todos los videoclips de los singles que saldrán ya rodados, ahora solo me queda el trabajo de montaje y demás. Vamos, el peor. Planeo que el siguiente salga el próximo mes con el álbum, aunque antes me gustaría lanzar la versión en español de The Perfect Boy.

Los singles van a salir muy seguidos para después empezar a sacar los del próximo álbum, del que ya está preparada la producción de la primera canción, que grabaremos en unos diez días.

Ahora a esperar las reacciones de la gente con Never Stop Dreaming aunque, como siempre, no espero nada de nadie.

Mi nuevo single, Never Stop Dreaming, estará disponible este viernes día 26.

El nuevo álbum saldrá en octubre.

Ayer fue otro día de rodaje. Volvimos a las cuatro torres por dos cosas:

La primera repetir un par de tomas del videoclip que hicimos el pasado sábado porque habían salido un poco regular. Al cambiar a otra pared igual que la primera, de mármol negro, pero dispuesta en la dirección correcta para que la luz sea uniforme (con el sol a la espalda cuando la pared sea pequeña y así que la luz pase por arriba y los lados y así refleje como si fueran unos focos suaves y no haga sombras en la cara). El resultado fue espectacular. Incluso quedó mejor que las tomas buenas que hicimos el sábado. Va a quedar un buen trabajo, estoy seguro.

La segunda es otro videoclip con una idea muy sencilla, la que se me ocurrió el sábado subido a esa especie de miradores, que en realidad no sirven para nada, y que están repetidos a lo largo de la parte frontal de los cuatro rascacielos. Me quité la camiseta de rayas negras y transparentes y me puse una camiseta de rejilla con capucha que tenía pensado usar, pero no quedaba muy bien con los pantalones que llevaba, así que me puse mi plan B, que era una camisa de rosas bordadas y fondo transparente que resultó muchísima mejor opción (me había comprado varias cosas para estrenar para los videoclips) y que me quedaba muy bien metida dentro del pantalón.

Me subí a ese mirador con el wiccano desde abajo con la cámara tomando imágenes en las que solo se me viera con la fachada de cristal del edificio de detrás y, con el sol haciendo claroscuros en mi cara, hicimos las tomas. Lo bueno es que quedaron geniales. Lo malo es que casi me tuesto al sol, yo que odio con todas mis fuerzas el sol. Menos mal que siempre llevo crema solar en buenas cantidades, pero pasé un calor que pensaba que me cocería en cualquier momento. Es muy, muy probable que de estas tomas salga la portada del nuevo álbum, del que ya tengo un título, que no va a ser el de una de las canciones. Este videoclip será para la canción más pop del álbum y la más comercial de todas.

Después nos compramos algo para comer y nos sentamos frente al aparthotel donde vivimos dos años y allí, como el sábado, recordamos viejos tiempos antes de dar un paseo por la Castellana y coger en Nuevos Ministerios un metro que nos llevó a Príncipe Pío para ver en el cine Bitelchús Bitelchús. Teníamos muchas ganas de verla y la verdad es que no decepcionó nada.

Solo de este día tengo más de cuatrocientas fotos, a parte del video. Ahí hay que sumar las del sábado y las que hicimos rodando el otro videoclip en julio (que supongo que saldrá como cuarto o quinto single del álbum). A eso también hay que añadir que mañana vamos a volver a rodar otro videoclip. Voy a tener material de sobra para meses. Va a ser mi álbum con mayor número de looks y fotos para la promoción.

A ver si todo va bien y mañana podemos hacer los dos videoclips que me faltan y así acabarlo todo. Uno de ellos en realidad es algo que debería ser una toma para la canción de mi Vampy.

También va a ser mucho material con lo que trabajar en la postproducción, que es siempre la parte que menos me gusta.

Hoy un día tranquilo dentro de estas vacaciones, muy casero, en el que me han confirmado que empezaré otro proceso dental que va a durar un año y que no va a ser nada cómodo para mí. A veces pienso que me he pasado media vida atado a un dentista, desde que a los once empecé un proceso de varias ortodoncias que duró siete años. Ya me han dicho que esto puede ser una consecuencia de aquello. Algo que no te cuentan cuando te hacen una ortodoncia. Bueno, a mí me hicieron unas seis.

Mejor pensaré en otra cosa.

Ayer fue un cumpleaños más y la verdad es que fue diferente a otros, porque lo viví de otra forma.

Lo primero es que no puse nada en las redes sociales. No me apetecía ni tenía la necesidad de decirlo para que todos me empezaran a felicitar solo por haberlo puesto (eso no significa que lo hicieran por obligación). Prefería vivir mi cumpleaños con más realidad, con la soledad que es la verdadera compañía de esta etapa de mi vida, sin que me bombardeasen el móvil a mensajes porque se hubieran enterado por las redes sociales. Eso no va conmigo. Ya no necesito ese tipo de aprobación o como sea que se llame a llamar la atención para que te hagan caso. Si en mi día a día no hay un montón de amigos ni familia ahí, tampoco quiero que haya gente virtual (porque al final son eso, aunque sean reales y a la mayoría los conozca en persona) en mi cumpleaños. Con el tiempo la gente se ha ido alejando, haciendo sus vidas y al final te quedas con tu pequeño mundo. En mi día prefería que continuase así. El resultado fue que las únicas personas que me felicitaron fueron: el wiccano (por supuesto), sus padres y hermana, su tía Carmen, mi madre, mi hermano mayor, mi cuñada, mis dos sobrinos, mis dos tíos de aquí y mis dos primos (hijos suyos) con los que suelo tener contacto, una tía de Logroño y una de sus hijas, Laura (con la que tengo mucho contacto), NaT, Ana, mi vieja amiga de Logroño, y Jorge, mi productor. Puede parecer mucha gente, pero en realidad son solo un puñado. Son las únicas personas que forman mi pequeño mundo, donde hay más familia, más conocidos, había más amigos… pero la realidad es esta y, a estas alturas de mi vida, he aprendido a aceptarlo y ha hecho que viva mi cumpleaños más en paz, sin esperar nada, sin decepciones.

La otra diferencia es que lo celebré de una forma que a mí me hace feliz: rodando un videoclip para el nuevo álbum y haciendo unas fotos para la promoción. Ahora mismo la música es lo único que de verdad me llena, me da paz y me hace sentir que hago algo de verdad, así que esto para mí era importante y ha hecho que mi cumpleaños sea muy bueno. Además, hemos ido a un sitio diferente, en vez de tanto parque, árboles y naturaleza, que ya me cansa un poco.

Fue idea del wiccano ir a las cuatro torres para ver si allí encontrábamos un lugar diferente. La idea de tener de ambiente la arquitectura moderna me interesó mucho, así que fuimos y allí hicimos unas tomas aprovechando una estructura de asientos que tienen, aunque con demasiada luz, porque el sol estaba en su máximo esplendor y nada daba sombra.

Encontramos unas paredes de una especie de mármol negro que nos gustaron y allí hicimos muchas tomas. También había una especie de montículos con escaleras y algo así como un mirador arriba, aunque debía de tener como mucho tres metros de alto. Allí me subí y después de ver en casa el resultado de esas fotos se me ocurrió hacer algo porque desde esa perspectiva se me veía solo con uno de los rascacielos de cristal por detrás y me gustó mucho la idea como para la portada del álbum y otro videoclip. Eso y sumado a que una de las tomas de la pared negra no quedó muy bien (ya que la iluminación me daba un poco de lado y eso es lo que tiene la luz natural, que te expones que no haya uniformidad y salgas espantoso. Mi eterna lucha) y hay que repetirla, hace que mañana vayamos a volver allí.

Después nos dimos un paseo hasta el centro comercial La Vaguada. Estar en esa zona nos hizo recordar viejos tiempos de cuando vivíamos en Chamartín. Antes de rodar fuimos a ver el edificio, reconociendo el balcón de aquel séptimo piso, la estación, las calles… La verdad es que todo aquello me recordaba a mi Vampy.

El centro comercial también nos trajo muchos recuerdos, porque en aquella época íbamos mucho allí. Dimos una vuelta comentando las cosas que habían cambiando y recordando cómo éramos por entonces, hace más de diez años. Fue una buena mañana de cumpleaños.

Después volvimos a casa y, como no quería comer fuera ni estar media mañana cocinando, para poder rodar, compramos un pollo asado, que nos encanta, con unas patatas asadas y comimos como marqueses. Por la tarde con tranquilidad en casa, una siesta, un poco de escritura, ver el trabajo que habíamos hecho por la mañana…

Para mí ahora esto es un cumpleaños perfecto. Eso de grandes celebraciones, tener que pasarlo en grande rodeado de gente, grandes regalos, muchas felicitaciones y demás… Forma parte del pasado. Y no lo digo como drama, sino que esas cosas son para cuando tienes veinte años. Yo ahora estoy en otra etapa en la que ya ni siquiera cumplo años. Solo quiero una cosa en esta vida y es por lo que sigo luchando: la felicidad. No sé si llegará o no, pero sigo intentándolo, aunque sé que la felicidad verdadera no existe.

Aún no ha salido mi nuevo álbum y ya hemos empezado a preparar el siguiente. Después de que el estudio de grabación estuviera cerrado su mes de rutina veraniego, hoy he vuelto allí.

Mientras acabábamos de grabar el nuevo álbum, yo iba componiendo canciones nuevas y tengo ya diez, de las cuales ocho me gustaría que estuvieran en el próximo álbum, porque me gustan mucho. Va a haber un cambio de estilo muy marcado, como he escrito alguna vez, hacia el soul. Es donde mejor me desenvuelvo, donde más brillo y es el estilo con en que más siento al cantar.

Habíamos quedado en que iría a hacer unos retoques en el final de una de las canciones de este nuevo trabajo discográfico que saldrá en breve, porque me daba la sensación de que se podía mejorar, y ya de paso hacer una prueba con una de las canciones nuevas, la que de momento es la más alegre de todas en cuanto a ritmo e intención.

Al ir repitiendo las tomas de la canción que quería mejorar, veíamos que no iba a mejorar. Además, después de un mes sin ir al estudio, estaba muy frío, por lo que hemos decidido dejarla como estaba, porque ya estaba muy bien. Simplemente yo iba buscando la perfección, como ya hemos hecho antes en un par de canciones y sí había salido bien, pero para no mejorarla, mejor se quedaba como estaba. Esta es la canción más accesible y comercial del nuevo álbum, la que compuse con esa primera producción que Jorge hizo para la canción Sade y que descarté porque quería otro sonido para ese tema, prometiendo componer algo nuevo con esa producción tan poco que nos gustaba tanto a los dos.

La muestra de la canción nueva para el próximo álbum le ha gustado mucho a Jorge. Creo que va a quedar genial. Un tema pop/soul que me apetece mucho hacer porque, desde que la compuse hace un par de meses, no me la quito de la cabeza.

Para este álbum que está a punto de salir también tenemos todas las Edits de las canciones que van a ser singles (seis en total contando con The Perfect Boy) También ya está hecha la mezcla de The Perfect Boy en español. Mi idea es grabar tres o cuatro en español y sacar un EP o algo así.

De los seis singles que quiero sacar, solo una no va a ser una versión más corta de la que va en el álbum (la que le he dedicado a mi perra Vampy). Me apetecía hacer este guiño nostálgico cuando en los ochenta y noventa casi siempre en los singles se acortaban las canciones para que fuera más fácil que las pusieran en la radio. Se han perdido tantas cosas…

Sábado por la tarde. Aprovechando para avanzar mucho con mi nueva novela, con la que estoy ya en la recta final con más de 80.000 palabras escritas. Supongo que llegaré a las 100.000.

Todos pasamos alguna vez por etapas existencialistas. Nos tenemos que parar a pensar en qué punto estamos y adónde vamos. Sobre todo dónde queremos y y dónde no.

Ayer fui a registrar las canciones que faltaban del nuevo álbum. Cuando salió The Perfect Boy registré las cuatro que llevábamos hasta entonces y ahora he registrado las seis que hemos acabado después.

Aún no tengo claro del todo si van a ir las diez en el álbum o no, ni siquiera el título, porque es posible que no lo llame como una canción del álbum, como he hecho siempre, para con confundir el single del álbum completo. Tengo varias opciones de frases que me sugieren el sentido de esta colección de nuevas canciones que hablan, sobre todo, de tristeza, del dolor, de soñar, sueños rotos… No, no va a ser un álbum muy optimista, pese a que The Perfect Boy haga pensar lo contrario, aunque en esta canción ya hablo de no ser perfecto y de que lo acepto, que solo espero que lo hagas tú y sea perfecto para ti.

Ya queda poco para que este álbum sea una realidad. Estoy dejando pasar este interminable verano y el mes de agosto, en el que el estudio de grabación está cerrado, para ponerme a la carga. En una semana o así haremos fotos y algún videoclip y ya empezará a ir saliendo todo.