Aunque parezca que últimamente solo hago música, en realidad no es así. Sí que es verdad que ahora la música es mi prioridad y es en lo que más centrado estoy, pero sigo haciendo otras cosas y tengo mis proyectos que, como siempre, unos saldrán y otros no. Aquí van todos:

—Nuevo álbum. Sí, la música primero. Tenemos ya diez canciones grabadas para el nuevo álbum. El primer single, The Perfect Boy, es el adelanto y una muestra de por dónde va a ir el sonido, más dirigido al soul, con más temas lentos… El plan es sacar los singles muy seguidos mientras vamos grabando el siguiente álbum, del que ya tengo compuestas varias canciones. Aún está en duda el título del nuevo álbum.

—Nueva novela. Estoy ya en la recta final de la escritura de mi novela ambientada en la época de la posguerra e inspirada en el espíritu de Mujercitas, pero en esta ocasión una madre tiene cuatro hijos. Esta historia me tiene enamorado. Estoy disfrutando mucho con su escritura, aunque me gustaría tener más tiempo para dedicárselo. Espero acabarla en un mes o así.

—Vampiros. La revisión de mis novelas de vampiros para su relanzamiento y para seguir con su tercera parte (de la que escribí la mitad hace cuatro años) sigue adelante. Ya he acabado la revisión de la primera parte, “Matar a un vampiro”. Lo que me estoy planteando es cómo relanzarlo o, simplemente, no hacerlo y escribir la tercera parte como novela independiente, que en realidad lo es porque, aunque comparte algún personaje, es una historia completamente nueva, con protagonista femenina y un reparto de personajes muy coral.

—Próxima novela. Uno de los varios manuscritos que he acabado recientemente y he estado moviendo es la novela que escribí inspirándome en mi experiencia en la fiesta En Plan Travesti. Es un trabajo del que estoy muy orgulloso y creo que no ha interesado a ninguna editorial por la época en la que está basada, el año dos mil cinco. Eso fue un error, porque ahora esa época no se lleva nada. He decidido reescribirla entera (no es la primera vez que hago esto con una novela. Ya lo hice con “Matar a un vampiro”/“La venganza del vampiro” y con “Piensa en mañana”. Esas tres novelas vienen de la reescritura de una original que quise mejorar) y cambiarla de época. Tenía dos opciones: la movida madrileña o la época actual. Creo que lo voy a hacer en la época actual. Los ochenta ya están muy manidos y ya no se llevan tanto como hace un par de años.

—Fotografía. Llevo meses queriendo sacar un nuevo número de El Rincón Desnudo. Tengo las fotografías con los últimos trabajos que he hecho, pero el estrés no me permite sentarme a trabajar en ello. Creo que ha llegado el momento de sacarlo adelante y, de una vez por todas, volver a la fotografía. Lo malo es que ya no tengo modelos para colaborar.

—Poemario. Hace unos meses volví a algo que hace unos años me servía como válvula de escape, y es la escritura de poemas. Es posible que haga un cuadernillo con varios poemas, a modo fanzine. Esto me apetece mucho, por el momento nostalgia que supondría.

Sí, sé que son muchas cosas, pero quiero recuperar al Javier que no paraba. Esto me puede ayudar mucho a aliviar mi estrés de la rutina de mi vida real y conseguir un equilibrio mental que me haga estar más arriba, cosa que ahora necesito desesperadamente.

Dando un paseo por Madrid he estado pensando. Últimamente lo hago mucho. Pienso en tiempos pasados, en lo que me ha llevado hasta aquí, en lo que he conseguido y, sobre todo, en lo que no he conseguido…

Pensando mientras paseaba, había calles, rincones, lugares que me recordaban a épocas pasadas en las que yo era un escritor emergente con el único objetivo de perseguir su sueño y lograrlo. Aunque hacía más cosas, mi vida giraba en torno a la escritura. Hablo de hace unos doce o trece años, que era cuando en plena vida de Ultratumba yo no paraba de hacer cosas y tenía mi pequeño grupo de escritores con los que a veces quedaba. No juntos, porque no éramos todos comunes, pero sí tenía mis pequeñas charlas y compartíamos inquietudes y opiniones. Todo eso, como muchas cosas, han desaparecido. Esa gente, por el motivo que sea, o ya no publica, o lo ha dejado o, simplemente se han ido, ya sea porque se mudaron fuera de Madrid o porque el tiempo ha puesto distancia. No lo sé. El caso es que antes tenía gente con la que compartir mis cosas y gente entre la que nos ayudábamos, porque no teníamos ni envidias ni celos entre nosotros, y ya no hay nada. Ese es otro de los silencios que ahora gobierna mi vida y la verdad es que, pensándolo, da mucha pena.

Ando tan estresado últimamente que no había tenido tiempo de pararme a pensar y de asimilar que tenía vacaciones, que empiezan hoy. Tampoco siento que esté de vacaciones. Son más unos días de descanso. Va a ser una semana juntando unos días que me tuve que ir quitando de mis anteriores vacaciones. En realidad ningún periodo de vacaciones de este año lo voy a disfrutar completo, por eso tengo ahora unos días y tuve otros en mayo. La diferencia es que ahora los paso solo. Puede que por eso no lo tenga tan asimilado. A la vuelta trabajaré cinco días y volveré a estar de vacaciones, así que planeadas y asumidas, aunque con varios días de menos de lo planeado, pero como todas este año.

Voy a estar mucho en casa, supongo. Sigue haciendo mucho calor y lo mejor que puedo plantearme es no proponerme nada, porque al final nunca lo acabo cumpliendo. Ojalá pudiera aprovechar para dormir más, pero eso también lo veo complicado, porque no tengo remedio.

Esta mañana me ha pasado algo curioso. Estaba en el ordenador y me ha dado por mirar archivos de las canciones de mis dos primeros álbumes (que desde dos mil veintitrés no están disponibles en ninguna parte) para escuchar cómo sonaban, y ver la diferencia comparado con cómo sueno ahora. Hacía mucho que no oía esas canciones y la verdad es que en general me han parecido un espanto con tanto grito y mala colocación de la voz. Estaba aprendiendo y dejándome guiar por un profesor de canto que estaba obsesionado con que diera las notas más altas y pusiera voz de pato al cantar (porque decía que yo debería cantar Disney, ya mi voz era muy juvenil, lo que generó en mi voz esa constricción tan fea y típica de los dos primeros álbumes). Eso se ve reflejado en los dos primeros trabajos, con canciones buenas, pero un poco incómodos de escuchar. Algún coletazo se escucha en varias canciones del tercer álbum, La Más Bella Melodía, sobre todo en las que no fueron singles.

El caso es que, por curiosidad, he ido a escuchar las primeras versiones que grabé de Invítame A Volar y de Existe Un Lugar. Me ha sorprendido mucho escuchar la versión de dos mil diecisiete de Invítame A Volar con la producción de Láudano. Esa no es la versión que apareció en el álbum. Existen tres versiones diferentes de la canción. La primera maqueta que grabé a principios de dos mil diecisiete, la versión que hice con la producción de Láudano de ese mismo año y la que re-grabé con esa misma producción al año siguiente, que es la que sale en el álbum. Hay una cuarta versión de dos mil veintidós para el proyecto Puedo Cantar (Reworked), en el que re-grabé todas las canciones de ese álbum en MaintrackStudio y que jamás vio la luz, a excepción de Invítame a Volar y Puedo Cantar, que fueron caras B de dos ediciones diferentes del single Todos Los Días.

Lo curioso de lo que quiero escribir es lo que he sentido al escuchar esa versión temprana de Invítame A Volar. La grabamos a mediados de dos mil diecisiete y después de publicarla (y más tarde borrarla) fue cuando me dije que necesitaba clases de canto, que necesitaba sacar mi voz fuera después de tantos años sin cantar y que esa versión no me sonaba bien. Bueno, pues la escucho ahora y me gusta más que la versión que hicimos después para el álbum. La voz está menos forzada, más libre y suena incluso más bonita. La diferencia fueron las clases de canto. Me ayudaron mucho a sacar la voz, pero tuve un profesor que me quería llevar por un camino equivocado y el resultado fue ese, que los dos primeros álbumes suenan forzados, perdidos, gritados y no soy yo el que canta, sino una especie de dibujo animado con constricción. La obsesión era llegar a las notas más altas y como me hacía poner esa voz de pato Donald, el resultado es el que se escuchaba. Me sorprende mucho ahora decir que la versión original de la canción (la que deseché por estar mal cantada), es la mejor, la más fresca y la más emotiva.

Algo parecido pasa con Existe Un Lugar. Existe una versión original de dos mil diecisiete con el tono más bajo que la que fue en el álbum y que repetimos a principios de dos mil dieciocho con ese mismo primer tono, sin agudos, sin gritar, y que después deseché (aunque salió con su videoclip en cementerio protagonizado por el wiccano). Mi profesor de canto me aconsejó que la repitiera subiendo el tono y el resultado fue la que va en el primer álbum, que tiene unos tonos suicidas. ¿Llego? Sí. ¿Suena bien? No. Parecía que la obsesión era demostrar hasta qué nota podía llegar. Esa primera versión de Existe Un Lugar, aunque más sencilla, es más fresca, más auténtica.

Puede que uno de los motivos por los que mi voz empezó a volar sola fue que cuatro años después me cansé y dejé esas clases de canto que pensaba que no me beneficiaban. Después estuve con otro profesor unos meses y a finales de dos mil veintiuno lo dejé, cansado de que me quisieran llevar siempre por los caminos que ellos querían y no por el que necesitaba, y en este último caso por una falta de profesionalidad importante. A partir de dos mil veintidós mi voz empezó a volar sola y se nota mucho. Muchísimo. El resultado se empezó a ver en Todos Los Días, lo primero que grabé después de mi enfermedad.

Ambos profesores me enseñaron grandes lecciones. Conseguí sacar la voz y eliminar la constricción, pero había llegado el momento de dejar que mi voz cantara por sí sola, como lo hace ahora.

Hoy me pregunto, ¿Cómo habrían sonado esos dos primeros álbumes si jamás hubiera ido a clases de canto? ¿Habrían sonado mejor? Casi que me da miedo responder que sí, porque me gasté una pasta gansa en clases.

Cada vez tengo más claro que quiero centrarme en la música soul y alejarme un poco del pop puro y el synth pop. Ya con Every Day/Todos Los Días se notaba el toque soul, pese a ser una canción pop, pero para mí no es pop, sino soul rítmico con sintetizadores, porque la composición, la forma de cantar, no son pop en realidad. En este nuevo álbum que aún no ha salido pasa lo mismo con The Perfect Boy. Alguna persona incluso me ha preguntado que a qué género diría yo que pertenece, y me gusta que hagan esa pregunta, porque significa que no lo encajan con el pop puro. Yo les digo que una fusión del pop y el soul, que para mí es soul. En el nuevo álbum hay dos canciones que son puramente negras, como la que alguna vez me he referido como la canción Sade, que es soul de los ochenta con toques jazz y otra que es una mezcla de soul y R&B. La balada que le compuse a Vampy también tiene una composición soul.

Si buscamos en el diccionario la definición de soul, refiriéndose a música, dice esto: Género de música negra norteamericana surgido en la década de 1960, que mezcla elementos de góspel, blues, pop y rock.

Eso es justo de lo que hablo. Música soul, cantada con alma. Un tipo de música relacionada con la raza negra, que en realidad son los dueños de la mayoría de géneros musicales (aunque a muchos se los otorgamos a los blancos y no es así) y los responsables de que la música sea tan grande. Desde muy joven me he sentido cercano a la música negra por todo lo que transmite. En mi caso, al ser blanco, hay una forma de definirlo, y es blue-eyed soul (soul de ojos azules), que es como se define el soul hecho por blancos, aunque a mí no me gusta definir por razas, ya que siempre he sido partidario de la igualdad y no hacer ese tipo de distinciones, aunque entiendo todas las posturas y opiniones, mientras no sean racistas.

En eso me quiero inspirar y ya lo estoy haciendo, ahora que he encontrado el camino para mi voz y he entendido que es el que siempre tuvo que ser, el soul. En las nuevas canciones que estoy componiendo se nota muchísimo y, después de esas dos canciones de este próximo álbum que me han acercado de verdad a la música negra, lo tengo más que claro. Por eso estoy deseando ponerme a trabajar en el estudio con ese próximo álbum, pese a que el nuevo aún no haya salido. Estoy impaciente por dejar que mi alma fluya a través de mis canciones.

Por sorpresa Jorge, mi productor, antes de que se fuera de vacaciones, me envió las tres canciones que faltaban de mezclar del nuevo álbum, incluida la última que grabamos en recuerdo de mi perra Vampy. No tengo palabras para definir cómo han quedado. La canción de Vampy es muchísimo mejor de como me la esperaba. Fue emocionante escucharla con cascos y sentir todo lo que transmite. Sin duda este es el camino y, para mí, esta canción es una verdadera joya. Incluso se la enseñé al wiccano y el pobre no podía parar de llorar. Me siento muy, muy orgulloso.

Las otras dos son la que compuse aprovechando la producción que hizo inicialmente Jorge para la canción Sade y que deseché porque no era el estilo que quería, pero me sugirió una canción pop completamente nueva, que ha quedado genial. Me encanta. Puede que me plantee, como he hecho en otras, re-grabar algunas partes finales, pero la canción pide ser single a gritos.

La otra es la canción dance estilo años noventa, mi homenaje a gente como Rozalla, Black Box, Snap o Technotronic entre otros. Es la que me generaba muchas dudas y me hizo replantearme no volver a grabar más este tipo de canciones, pero ha quedado mucho mejor de lo que pensaba. Es muy probable que sí que la incluya en el álbum.

Ya están terminadas las diez canciones que he grabado para este álbum. Todo está listo para empezar con los preparativos para su lanzamiento, que espero que sea a finales de septiembre, si todo va bien. Mi plan es ir lanzando singles prácticamente cada mes e ir preparando un EP con versiones en español de tres o cuatro de las que más me gustan del álbum mientras vamos grabando canciones nuevas para el siguiente álbum, del que ya llevo compuestas unas cinco y que va a ser de música negra, el género que mejor me define y en el que mejor encaja mi voz.

Tengo muchas ganas de que salgan estas nuevas canciones y de ponernos a trabajar con las siguientes.

Ayer acabamos de grabar mi nuevo álbum y lo hicimos de una forma muy especial, grabando la canción más hermosa y emocionante que he compuesto jamás. Además, la producción de MaintrackStudio ha sido tan brillante, que hace que la canción llegue de una forma que te toca dentro.

Es la canción que compuse hace unos días en memoria de mi perra Vampy, que perdí hace poco y a la que echo terriblemente de menos.

Cuando la compuse, la melodía y la letra me llegaron solas y fue un proceso emotivo y doloroso a la vez. Jamás había llorado componiendo y cantando y solo me ha ocurrido con esta canción, por su letra y por acordarme de ella. Cuando se la enseñé a Jorge solo pudimos grabar media muestra, porque no pude continuar. Sabía que iba a ser difícil grabarla, porque es una canción que se me hace insoportable, ya que rompo a llorar.

Precisamente Jorge me dijo que eso era lo bonito de la canción: el homenaje y que me emocionara cantándola, que iba a quedar muy bien.

Le gustó tanto que en solo un par de días tenía la producción. Él mismo me dijo que le gustaba tanto la canción y la idea que tenía que hacerlo ya.

Esta canción viene por sorpresa, ya que el álbum iba a contener las nueve canciones grabadas, pero esta décima surgió así y me apetecía incluirla y no esperar al siguiente. Quería hacerle este regalo a mi Vampy ya.

Ayer fue el momento y la grabación fue tan hermosa como triste y ágil. No hubo demasiadas repeticiones, más que nada porque no podía. Si repetía mucho me rompía, así que prácticamente toda la canción está grabada en primera toma, y se nota. Hay muchas partes en las que se nota que se me salen las lágrimas y sé que eso le aporta sentimiento y belleza, pero para mí se me hace muy difícil.  Ha sido la primera vez que he llorado en el estudio de grabación. Al final hicimos una grabación de una sola toma (la primera vez que grabo una canción entera sin parar), pero esa toma no la vamos a usar porque para no emocionarme demasiado cambié varias partes, como si la estuviera haciendo en directo en un concierto.

Creo que es una de las cosas más hermosas que he hecho jamás y el resultado que escuchamos allí (sin mezclar ni nada), indica que va a quedar una canción muy muy especial. Jorge no hacía más que decir: “Qué bonito”, “Está perfecto”, “Esto tiene que ser single ya”, “Qué voz”…

¿Va a ser mi mejor canción? No lo sé porque aún hay que escuchar el resultado final, pero lo que sí es cierto es que va a ser algo muy especial que ha llegado por sorpresa y que puede que cambie el rumbo del nuevo álbum.

Ya pertenezco al mundo Patreon. el que quiera unirse será bienvenido (es gratuito) para conocer el proceso de creación de mis trabajos.

Aquí tenéis el enlace: PATREON

Penúltima canción del nuevo álbum terminada. Un tema dance muy noventero a lo Rozalla que tenía muchas granas de grabar… y con el que no he quedado demasiado contento. No porque haya quedado mal, sino porque es la confirmación de que hay cierto tipo de música que no es para que yo la cante, ya que mi voz está hecha para otro tipo de canciones. He estado incómodo cantándola y no he notado que lo grabado haya brillado como otras canciones del álbum. ¿Va a queda bien? Sí, pero en este tipo de canciones no brillo como por ejemplo en la rollo Sade, la R&R/jazz o The Perfect Boy. De las diez canciones del álbum, las únicas dos con las que dudo si las incluiré o no son justo las dance. Suenan bien, pero no soy yo.

Esto también me viene bien para saber por dónde tengo que ir y ya sé que mi camino es la música negra. El R&B, soul, hip hop, jazz… Un toque pop está bien (como The Perfect Boy, que yo no la veo como una canción pop, sino pop/soul). Eso es lo que tengo que hacer. La música dance es divertida y me encanta, pero tengo que dejarla para los remixes, como hacen artistas como Mariah Carey, por ejemplo.

De todo se aprende y ningún error nos hace perder el tiempo. Cada vez estoy más en mi lugar con la música y estoy deseando hacer ese álbum soul, que será el siguiente.

Sigue aprendiendo, Javier.